miércoles, 23 de marzo de 2011

RETOS DE LA ORGANIZACIÓN FRENTE A LA INCAPACIDAD DE COMPRENSIÓN DEL ROL SECTOR PÚBLICO Y PROCESO DE GESTIÓN DEL CLUSTER

Requerimientos para las iniciativas de clúster
Muchas veces, es sólo gracias a “alianzas estratégicas” entre distintos agentes (empresas privadas, distintas entidades públicas, organizaciones no-gubernamentales y académicas), cada uno con su especificidad, interés propio y aporte, que se logra tener iniciativas novedosas y potenciar un cambio.
Pero no es suficiente que los distintos actores compartan una visión sobre cómo fortalecer el clúster para que la acción conjunta surja y perdure. 
Cada participante requiere obtener una relación aceptable entre retorno y riesgos, incluyendo a los difíciles de medir costos de transacción y retribuciones no pecuniarias.
En las iniciativas de clúster, la iniciativa, esfuerzo y liderazgo de individuos es central.  Para un proceso exitoso, estos individuos requieren de una combinación de varias características: ser visionario, facilitador, analítico y excelente en sus relacionamientos.
 Cuando es alguien del sector privado, entonces tiene que ser además un “empresario cívico” o “lider productivo”, con características de innovador, con cierto carisma, preocupado por su entorno social y productivo además del progreso de su propio negocio. 



La justificación de las políticas:
Los argumentos a favor de una política de fomento de clusters (por parte del Gobierno u otros actores públicos) no están totalmente establecidos.
Por lo general, la opinión es que las autoridades públicas no debieran intervenir en la creación de clusters
Las opiniones suelen ser más positivas en cuanto a una intervención pública para apoyar clusters existentes o emergentes.
Las fallas de mercado (de información, esfuerzos en I&D y capacitación, etc.) son motivo de intervención pública.  Sin embargo, es preciso entender por qué los mercados no funcionan bien. 
La pregunta clave es si y cómo los hacedores de política pueden añadir valor a través de medidas apropiadas, más allá de los resultados que producen los mercados y los actores privados por sí mismos.
Es necesario velar que las medidas no distorsionen el comportamiento de los agentes y que éstos no actúen sólo para ser susceptibles de recibir el apoyo.
La política de “no hacer nada” es perfectamente aceptable cuando se trata de no dar ningún apoyo público a un consorcio local o proveedor de servicios en particular.  Pero se tiene que reconocer que, por ahora, muchas iniciativas y acciones conjuntas de clusters dependen del sector público.
Un enfoque sistémico es mucho más efectivo que orientar la intervención a cada elemento por separado.
Los Gobiernos pueden tener una visión y objetivos más amplios que el sector privado y la presencia del Gobierno puede traer liderazgo, legitimidad y construcción de consensos, especialmente en las fases iniciales del proceso de clusterización.
Por definición, un cluster debe poder tomar decisiones de manera descentralizada y un Estado centralista podría dejar insuficiente espacio y recursos para iniciativas locales.
El balance entre el deseo de orientar el aparato productivo hacia áreas de mayor contenido tecnológico y la cordura es complejo y las agencies públicas a menudo se equivocan, promocionando clusters de alta tecnología aún cuando las precondiciones para su éxito no están dadas.
La oferta pública de servicios a las empresas puede frenar el desarrollo de iniciativas privadas.  En la práctica, estos efectos de “crowding out” no se toman suficientemente en cuenta.
Actores responsables –tanto privados como públicos- tendrían que limitar las acciones defensivas a sobrellevar una caída transitoria en la demanda o en los precios o para encauzar los cambios estructurales requeridos en el seno del clúster.  Deberían abstenerse de tomar acciones que permiten al clúster distanciarse de la frontera productiva.

Un área adicional de intervención pública a las tradicionalmente consideradas es recoger y organizar estadística relevantes.  En efecto, las estadísticas estándar no cubren muchas de las estructuras y encadenamientos que son cruciales para entender y medir el desarrollo de los clusters
Por último, un amplio rango de países utilizan las políticas de fomento a los clusters como instrumento para comunicar la importancia de sus cambios organizacionales hacia la construcción de una sociedad más dinámica, empresarial e innovativa.

Los pasos a seguir para una iniciativa de clúster son:
1) Construir confianza, definir y desarrollar vínculos estratégicos.  Esto puede pasar por una formalización de los vínculos, muchas veces a través de una –así llamada- iniciativa de clúster (cluster initiative);
2) Definir la visión y estrategias del clúster;
3) Implementarlas;
4) Eventualmente redefinir la visión y las estrategias, especialmente si el clúster enfrenta problemas de estancamiento o involución;
5) Paralelamente, llevar a cabo un proceso de monitoreo, evaluación y retroalimentación.
Un aspecto central, es en que medida las empresas y los individuos que las conforman están dispuestos a comprometerse a intercambiar información y conocimientos (en cuanto a tecnología, gerencia y ventas).
En efecto, las empresas pueden carecer de la información necesaria sobre los beneficios potenciales de la cooperación o prever dificultades de apropiación de los beneficios de la colaboración.
Las competencias necesarias en las distintas etapas de la iniciativa de clúster:
En la primera etapa -de construcción de capital social- el liderazgo y habilidades de comunicación interpersonal son de la mayor importancia. 
En la segunda y tercera etapa -de definir vínculos estratégicos y de definir una visión y estrategia- los conocimientos y la visión, las habilidades gerenciales y analíticas son cruciales. 
En la cuarta etapa -de acción- las habilidades de relacionamiento interpersonal, de gerencia y analíticas son especialmente importantes, así como el acceso a  recursos. 

Las funciones del habilitador:
1)estimular el encuentro y el intercambio de información;
2)generar confianza en los procesos, a través de la conversación y a través del trabajo conjunto;
3)ayudar a crear visiones compartidas, ya que éstas dan la razón de ser de la iniciativa de clúster y orientan las acciones compartidas;
4)apoyar el diseño y la puesta en marcha de iniciativas conjuntas;
5)gestionar conflictos;
6)facilitar el acceso a programas de fomento. 
Sus características personales debería ser:
ser creíble técnicamente (conocer el sector y los mercados, sintonizar con las preocupaciones de empresarios);
ser independiente, política-, jerárquica- y económicamente;
estar comprometido con su trabajo (“vivir” la localidad);
dedicarse exclusivamente a apoyar al clúster;
monitorear permanentemente sus logros;
garantizar cierta estabilidad.

Fuente: Dini, Marco (2004)
 

Conclusiones
1)Se puede ayudar en la construcción de clústers virtuosos, pero no es fácil.
2)Tanto desde la teoría como desde los estudios de caso resalta la importancia de los tiempos de maduración y de las “distancias” –en el sentido de diferencias, brechas o heterogeneidades- tanto tecnológicas y productivas como físicas, económicas, sociales y culturales.
3) Los tiempos requeridos para la construcción del capital social y confianzas necesarios para construir una visión compartida y llegar a acciones conjuntas son largos (varios meses o años) -y las “distancias” no ayudan-.
4) Hay costos de transacción y no son menores.
5) La confianza, visión estratégica compartida y acción conjunta pueden llevar a que clusters –entendidos como meras aglomeraciones productivas- se conviertan en clusters virtuosos y progresen hacia segmentos más complejos en la cadena de valor, con fuertes sinergias internas e innovaciones y adaptaciones continuas.

6) Conducir procesos de planificación estratégica participativa parece ser un arte aún no totalmente comprendido en el plano racional. 
7) Los resultados dependen de aspectos subjetivos que afectan los procesos de interacción (“química”) entre individuos, principalmente entre los líderes de las iniciativas.

Un último mensaje:
En el largo plazo, independientemente de lo lejos que podamos estar de los “clusters virtuosos”,
 
América Latina, con su gran heterogeneidad,
¡no tiene otras opciones!
Las instituciones de Gobierno y la sociedad civil y empresarial deberían poner toda su fuerza detrás de la creación de las condiciones adecuadas.

Fuente: Libro CEPAL No 88: Las aglomeraciones en torno a recursos naturales

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